Mi nombre es Mariana Dominguez. Soy de Venezuela, y actualmente vivo en San Felipe- Edo. Yaracuy. Ando en el mundo del coleccionismo de Barbie formalmente por ahí desde el 2003. Cuando era niña las muñecas Barbie eran mis favoritas, tenía muchísimas incluyendo la Dream House y otros accesorios. Jugué con ellas hasta lo 15 años, algo que hacía con mi prima (5 años menor que yo) y casi a escondidas pues se supone que a esa edad ya no deberías jugar. Por esos años empezaron a salir ediciones "pomposas" y las primeras Holidays, con lo de pomposas me refiero a ediciones como las "Feliz Cumpleaños" con trajes muy vaporosos, en cajas más grandes; formatos totalmente distintos a los que se había visto en los primeros años de los 80's, pues ya estaban comenzando los 90's. Mi madre comenzó a insistir en que, ya que yo tenía tantas muñecas y estaba creciendo, dejara esas ediciones en su caja y las conservara, y así lo hice. Tarde o temprano sí deje de jugar y les perdí interés, a pesar que siguieron estando guardadas en casa de mi mamá.
Me mudé a Mérida, donde viví varios años. Recuerdo que por ahí en 97-98, en las jugueterías de Mérida llegaban unas muñecas Barbie muy hermosas, que eran de edición para coleccionistas. Vi a Elizabeth Taylor, a la de King Kong, y muchas otras, pero a pesar de estar fascinada con ellas, me eran muy costosas y seguían fuera de mis prioridades en esos años. Igual siempre que entraba a una juguetería o una tienda con una sección de juguetes, les echaba un ojo a las muñecas.
Entonces uní y fui creando lo que hoy en día es mi colección, una mezcla de muñecas NRFB (Selladas en caja) con otras de mi infancia rescatadas, algunas vintage, unas de los 70's, muchas Muñecas del Mundo, y así. Yo sencillamente me declino por la variedad de los rostros bonitos, por la diversidad. Me encantan las muñecas de fantasía. Las repro y las silkstone son para mí sinónimo de elegancia y por eso no pueden faltar. Los 70's y los 80's son de nostalgia. Y por supuesto están las muñecas Barbie hechas en Venezuela, de las que no tengo una colección ostentosa, pero si importantísima pues muchas de ellas están conmigo desde mi infancia.
Hoy me siento satisfecha con mi colección. He logrado algo soñado, gracias a mi novio: mi cuarto de muñecas (doll room). Ya las tengo exhibidas y puedo disfrutar de ellas, sobre todo en esta época en la que ya comprar es difícil, he aprendido que coleccionar no es solo tener y obtener. Les confieso que el doll room dura muy poco ordenado, pero es parte de la diversión. Esas chicas están siempre en movimiento.